Inteligencia artificial y soberanía creativa para artistas; de la nube al estudio

Vista de una nube de datos y un artista pintando sobre ella

Imagina que abres el portátil y te dispones a iniciar un proceso artístico con inteligencia artificial. Frente a ti, se abren tres caminos. El primero brilla como una plaza luminosa: escaparates digitales de plataformas comerciales que prometen resultados espectaculares en segundos, a cambio de suscripciones y créditos. El segundo es más discreto, te conduce a tu estudio personal: todo ocurre en tu ordenador, sin intermediarios, sin pagar por uso. Y un tercero, menos visible, es una llave de paso: alquilas temporalmente una máquina en la nube, que funciona como si fuera tu ordenador, pero sólo mientras la necesitas. Esta es una guía para moverte entre esas posibilidades sin perder la dirección, manteniendo tu voz, tu privacidad y, sobre todo, tu soberanía creativa.

“La soberanía creativa no va de tener la última herramienta: va de elegir dónde viven tus procesos artísticos”

Cuando todo vive en la nube ajena

Plataformas comerciales de inteligencia artificial como Midjourney, Adobe Firefly, Runway, ChatGPT, Claude o Krea, entre muchas otras, funcionan como escenarios ya montados en un gran teatro diseñado con fines comerciales. Tú entras, creas textos, imágenes, vídeos, investigas, generas código… pero lo haces sobre infraestructuras que no controlas. Tus procesos se alojan en servidores remotos y están sujetos a los términos, filtros y sesgos de cada proveedor. A cambio, recibes velocidad y facilidad: es el terreno perfecto para prototipar de forma rápida, experimentar con ideas o desbloquear un primer impulso creativo.

Pero aquí viene la parte que conviene mirar con calma: el teatro no es tuyo. Mañana pueden cambiar la iluminación, el precio de la entrada o el guion permitido (si, los modelos de IA comerciales censuran y sesgan la información). Si tu obra o tu proceso artístico depende demasiado de ese escenario, tu trabajo también puede volverse dependiente. Estéticas, procesos, conceptos, investigaciones, pueden verse influidos por máquinas que muchas veces están más al servicio de una visión hegemónica y mainstream del mundo que de pensamientos artístico situados en sus márgenes.  Aunque puedas ajustar la privacidad, siempre estás creando en una casa prestada. ¿Debemos evitarlas? No necesariamente. Creo que hay que usarlas con intención: como laboratorio de pruebas, como sprint de ideas, con una visión crítica, como atajo para desbloquearte… sabiendo que el control final conviene traerlo de vuelta a tu terreno.

Cuando la IA vive en tu ordenador

Ahora abre la puerta de tu estudio. Ahí dentro sucede todo: tus archivos, tus hacks, tus investigaciones, tus experimentos, tus pruebas, tus descartes, tus datos. Trabajar en local es eso: la IA corre en tu equipo y puede funcionar sin estar conectada a nada en línea. En tu estudio puedes trabajar con software libre y modelos abiertos: para imagen, nombres a quedarte: Stable Diffusion y ComfyUI (una interfaz por nodos, muy visual, que permite trabajar con una gran cantidad de modelos de IA); para texto/voz, LM Studio u Ollama. Con estas piezas puedes trabajar sin conexión —tu obra no sale de tu estudio—, y si lo deseas también conectarlas a internet para investigar, conectarte a bases de datos o inspirarte con referencias. Al no haber censura corporativa ni filtros estéticos impuestos, decides tú los límites. Incluso puedes entrenar o afinar tu propio modelo con tus propios archivos (un corpus de textos, una carpeta de fotos, grabaciones de voz) para que aprenda tu acento y tu mirada.

Imagen de la interfaz de ComfyUI
Imagen de la interfaz de ComfyUI con un flujo de trabajo abierto

Lo importante: tú tienes el control del proceso y de los datos; las herramientas se adaptan a tu práctica, no al revés.

La contrapartida: hace falta un ordenador decente y paciencia, algo escaso en un mundo de inmediatez, pero ahí también reside el oficio. No es difícil, no necesitas tener conocimientos de programación, pero sí es artesanal. Si te atrae comprender el proceso y gobernar cada paso, aquí disfrutarás. Además, una vez montado, no tienes más costes: inviertes en tu herramienta, como quien compra un buen pincel.

Una de las herramientas más versátiles en local es ComfyUI, te permite controlar una gran variedad de modelos de inteligencia artificial mediante un interfaz con nodos visuales. Si vienes de usar programas para instalaciones interactivas como Isadora Troikatronix, Max/MSP o TouchDesigner, te resultará familiar su interfaz: arrastras bloques, conectas, cambias parámetros y ves el resultado. No necesitas escribir código para empezar; sí necesitarás un aprendizaje para entender qué hace cada bloque y cómo afecta al conjunto.

Mi primer acercamiento al uso de IA en local fue arduo. Empecé a usar IA en local en 2022 cuando las instalaciones eran una pesadilla: dependencias, drivers, versiones que rompían otras. Hoy el panorama ha mejorado muchísimo. Actualmente los problemas de instalación y configuración se han minimizado con versiones desktop como las de ComfyUI o LM Studio, que te permiten trabajar con una gran cantidad de modelos de IA Generativa y LLMs. Si prefieres empezar de forma más sencilla, también existen rutas “todo en uno” fáciles de instalar y usar (se gana comodidad y se pierde control fino). Cuando quieras oficio y precisión en IA generativa (vídeo e imagen), puedes el salto al flujo por nodos con ComfyUI y empezar a afinar.

Sobre el ordenador que necesitas: puedes instalar todas esas aplicaciones en macOS, Linux y Windows. Funciona en los tres, pero en Mac el rendimiento suele ser menor para imagen generativa exigente, porque el corazón de este trabajo es la GPU NVIDIA y su ecosistema. No te preocupes ahora: haré una serie de posts dedicados a aspectos técnicos y así evitar los errores que yo cometí. No olvides que la mayor parte de los modelos están diseñados con propósitos comerciales, pero trabajando en local, tú puedes usar modelos abiertos, revertir su función productiva y usarlos sin censura.

El camino del medio: tu servidor alquilado

Hay un tercer camino que es útil para talleres y producciones puntuales: alquilar una máquina en la nube que actúa como si fuese tu ordenador. Lo enciendes desde tu estudio, trabajas, lo apagas. Sitios como RunPod o Vast.ai ofrecen plantillas listas para abrir ComfyUI y ponerte a producir sin comprar hardware. Es muy útil cuando tu portátil se queda corto o cuando necesitas una máquina potente un par de días. También puedes usar Google Colab para sesiones cortas de aprendizaje o pruebas: no compras hardware, abres un cuaderno en el navegador, ejecutas y cierras; ideal para practicar antes de alquilar una GPU dedicada.

Piensa en ello como alquilar un estudio de fotografía por horas: controlas el set, pero no pagas alquiler todo el año.

Cómo elegir sin bloquearte

No necesitas convertirte en técnica o técnico, ni firmar un contrato con la nube para siempre. Piensa en tu momento creativo: si hoy necesitas prototipar, hacer una lluvia de ideas o probar un diseño rápido para tus redes sociales, entra y prueba esas plataformas, algunas ofrecen unos pocos créditos cuando te registras, después te tocará pagar por su uso. Boceta, juega, saca capturas, anota. Después, cuando veas claro el rumbo, llévate el proceso a tu estudio: utiliza Stable Diffusion y ComfyUI, abre LM Studio para texto, y reconstruye el flujo con calma. Si tu equipo se queda corto, alquila una máquina y sigue ahí el mismo flujo, como si fuera el local.

Licencias y atención a los detalles

Unos hábitos básicos sobre fuentes y lincencias pueden ser de gran utilidad cuando comiences catalogar la obra producida:

Documentar y acreditar

Anotar lo usado (modelo, versión, fecha, plantilla o flujo), guardar un archivo de texto en la carpeta del proyecto, activar credenciales de contenido cuando la cadena lo permita y acompañar con un breve statement de materiales. Citar modelos, LoRAs y recursos; conservar fuentes, semillas, flujos y fechas para poder repetir y explicar procesos.

Revisar términos legales y evitar riesgos

Revisar términos de las plataformas y evitar materiales con licencias dudosas. Entender que algunos planes gratuitos limitados convierten por defecto las creaciones en públicas o permiten usos que no interesan; configurar privacidad o evitar esos modos cuando convenga.

Proteger y licenciar

Evitar entrenar con obras de artistas vivos sin permiso o licencia. Usar licencias libres cuando proceda (CC BY, CC0, GPL, MIT) y comprender condiciones de atribución y uso comercial. Incluir credenciales de contenido (Content Credentials / C2PA) cuando sea viable para acreditar autoría y trazabilidad.

Cuidar datos y contexto

Separar datasets propios de los encargos con derechos de terceros y pedir consentimientos por escrito. Desactivar envío de datos a terceros y trabajar sin conexión en proyectos sensibles.

Una gran comunidad de software libre

El software libre y los modelos abiertos ofrecen algo más que herramientas: ofrecen comunidad. Los modelos abiertos son sistemas cuyos pesos (su “memoria”) se publican o se ponen a disposición para descargarlos y ejecutarlos en tu equipo o servidor. ¿Qué supone? Transparencia, reproducibilidad y autonomía: decidir qué versión usar, auditar sesgos, adaptar la herramienta a tu lenguaje y documentar tu proceso sin depender de una empresa.

El software libre y los modelos abiertos ofrecen algo más que herramientas: ofrecen comunidad. En IA, el código vive en GitHub: allí encontrarás repositorios, wikis, foros de dudas y versiones estables. Hugging Face es el punto de encuentro para modelos, datasets y demos. En Civitai, artistas comparten adaptaciones y estilos. Google Colab facilita la experimentación sin instalaciones.

Estos espacios no son solo técnicos: son lugares donde preguntar, compartir, aprender. En Discord, por ejemplo, hay comunidades activas de ComfyUI y Stable Diffusion. YouTube está lleno de tutoriales hechos por artistas para artistas. No necesitas estar sol@ en este proceso. Puedes empezar sin saber programar, y crecer desde ahí.

¿Qué te llevas como artista? Autonomía y soberanía en tus procesos creativos.

“La IA no escribe tu obra; la ensaya contigo. Quien decide el montaje final eres tú.”

Mi consejo: empieza por lo que menos te frene. Si eso hoy es una plataforma comercial, adelante. Pero que no sea tu único hogar. En paralelo, reserva tiempo para montar tu pequeño “taller IA” en el ordenador. Esa doble vía dará consistentencia, control e independencia a tus procesos artísticos.

Y si este texto te ha servido, considera suscribirte a mi newsletter «Cuadernos de Inferencia». Seguiremos trazando rutas entre arte, medios e inteligencia artificial.

Referencias y enlaces útiles

GitHub: https://github.com Hugging Face: https://huggingface.co Civitai: https://civitai.com Google Colab: https://colab.research.google.com RunPod: https://www.runpod.io Vast.ai: https://vast.ai Stable Diffusion: https://stability.ai ComfyUI: https://www.comfy.org/ LM Studio: https://lmstudio.ai Ollama: https://ollama.com Midjourney: https://www.midjourney.com Adobe Firefly: https://firefly.adobe.com/ Runway: https://runwayml.com ChatGPT: https://chat.openai.com Claude: https://claude.ai Krea: https://www.krea.ai TouchDesigner: https://derivative.ca Isadora: https://troikatronix.com Max/MSP: https://cycling74.com Content Credentials / C2PA: https://contentcredentials.org

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